Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, surge una necesidad imperativa de prestar especial atención a la salud de los pies. Según los expertos de Cigna Healthcare, el calor y la humedad, junto con el uso de calzado inadecuado, incrementan los riesgos de infecciones y quemaduras en esta época del año. Por ello, es esencial adoptar medidas preventivas para mantener una correcta salud podal durante los meses estivales.
El verano invita a disfrutar de actividades al aire libre, playas y piscinas, lo que también implica una mayor exposición de los pies. Caminar descalzos en superficies recalentadas como la arena o el asfalto puede resultar en quemaduras y un exceso de sudoración, factores que perjudican la salud de los pies. En este contexto, los pies requieren cuidados específicos para evitar problemas que impacten gravemente la calidad de vida.
La Sociedad Española de Podología y Ortopodología (SEBIOR) advierte sobre el aumento del riesgo de complicaciones en los pies en verano, debido al calor intenso y la alta humedad. Estas condiciones favorecen la proliferación de infecciones por hongos, comunes en piscinas y playas. Además, el uso de calzado inadecuado o sandalias de baja calidad puede causar ampollas dolorosas y deshidratación en la planta de los pies. Así, cuidar de los pies en verano no solo mejora el confort diario, sino que también previene complicaciones que pueden afectar la movilidad y el bienestar general.
Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España, recalca: «Los pies son una parte fundamental de nuestro cuerpo, y su salud impacta directamente en nuestra capacidad de movimiento y en nuestra calidad de vida. Aunque durante el verano es fácil olvidarse de cuidarlos, es en esta temporada cuando necesitan más atención. La mezcla de calor, humedad y actividades al aire libre puede causar varios problemas que, de no tratarse a tiempo, pueden resultar en molestias graves e infecciones».
Expertos de Cigna Healthcare sugieren una serie de estrategias para mantener los pies saludables durante el verano y prevenir posibles problemas:
Calzado adecuado: Es crucial elegir calzado que permita la transpiración y que sea cómodo para evitar rozaduras y ampollas. Aunque las chanclas y sandalias son populares, pueden dañar la piel debido al roce constante y la falta de soporte adecuado. Optar por calzado barefoot, que simula la sensación de caminar descalzo, puede ser una alternativa favorable.
Hidratación correcta: Aplicar diariamente cremas hidratantes específicas para pies y, en caso de grietas, utilizar una que contenga urea para suavizar la piel. Además, es importante mantenerse bien hidratado bebiendo suficiente agua durante el día.
Higiene diaria: Secar cuidadosamente los pies después del baño, especialmente entre los dedos, para evitar hongos e infecciones. Al practicar deportes acuáticos, asegurarse de que los escarpines o aletas estén secos y limpios, y usar calcetines de algodón si se va a caminar durante muchas horas.
Evitar andar descalzo en lugares públicos: En piscinas, duchas y vestuarios públicos, usar sandalias o calcetines de natación antideslizantes puede prevenir infecciones como el pie de atleta o los papilomas plantares.
Protección solar: Aplicar protector solar en los pies, especialmente en la zona del empeine, que suele ser olvidada. Utilizar calzado que proteja durante las horas de mayor radiación solar es esencial para prevenir quemaduras solares y futuros problemas como el envejecimiento prematuro de la piel o el cáncer.
Cuidar los pies durante el verano no solo mejora la comodidad diaria, sino que también previene complicaciones mayores, asegurando que podamos disfrutar de la temporada estival sin preocupaciones.
