En un esfuerzo por resolver el conflicto en los Balcanes, el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, asignó al diplomático Richard Holbrooke la compleja tarea de reunir a los líderes rivales Slobodan Milosevic, Franjo Tudjman y Alija Izetbegovic. Ningún enfoque anterior del Viejo Continente ni de la ONU había logrado tal objetivo. Durante tres semanas, Holbrooke trabajó intensamente para lograr un acuerdo de paz.
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