Santiago Abascal, líder de Vox, declaró ser víctima de una persecución política tras la multa de 862.496 euros que el Tribunal de Cuentas impuso a su partido por financiación ilegal. Abascal criticó la multa como un intento de desestabilizar a Vox, alegando que las acusaciones sobre ingresos irregulares por venta de propaganda son políticamente motivadas. A pesar de la sanción, Abascal aseguró que la credibilidad de Vox permanece intacta. El Tribunal fundamentó la multa en la falta de evidencia contable de dichas ventas, sugiriendo que se trataba de donaciones ilegales. Estas dificultades financieras coinciden con una situación económica comprometida de Vox. En un mitin en Fuenlabrada, Abascal arremetió contra el presidente Pedro Sánchez y los medios, mientras su discurso resonó con críticas a la política migratoria del Gobierno.
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