En la zona de Al Mawasi, en el sur de la Franja de Gaza, Abdallah Aljazzar, un joven de 24 años desplazado con su familia, ha improvisado una estación de carga para teléfonos móviles para los vecinos, utilizando paneles solares y baterías recicladas. La situación energética en Gaza es crítica debido a los bombardeos israelíes y la escasa ayuda humanitaria. Cada vez es más difícil mantener los dispositivos cargados, vitales en medio del conflicto. Aljazzar ha recurrido a un sistema complejo para conseguir baterías, implicando transferencias internacionales y riesgos de transporte. Pese a las dificultades, su iniciativa ha mejorado significativamente la vida de su comunidad, aunque la constante amenaza de nuevos desplazamientos y bombardeos añade una incertidumbre permanente.
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