Aziz Ghali, un activista marroquí, permanece detenido junto a otros compañeros tras la interceptación de la Flotilla Global Sumud por el ejército israelí. Mientras los activistas españoles ya fueron liberados, Ghali continúa en custodia, enfrentándose a acusaciones por su apoyo a las reivindicaciones saharauis. Líderes de derechos humanos exigen su liberación, preocupados por su salud debido a una huelga de hambre. La organización de la flotilla califica la detención de «violación del derecho internacional». Mientras tanto, una polémica carta marroquí apoya el procesamiento de Ghali. La situación ha generado un clamor internacional por su liberación y una mayor presión sobre Marruecos e Israel.
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