Los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza han dejado devastada su infraestructura de agua y saneamiento, según alerta Oxfam Intermón. Cerca de 1.700 kilómetros de red han sido destruidos, afectando gravemente la provisión de agua en zonas como Gaza del Norte y Rafah, donde la producción es ahora inferior al 5% de su capacidad previa al conflicto. Con el cese de los bombardeos, unas 700.000 personas regresan a áreas prácticamente inservibles, enfrentándose a un entorno sin agua potable debido a la destrucción masiva de pozos y plantas de tratamiento. La situación se agrava con el desbordamiento de aguas residuales, facilitando la propagación de enfermedades como polio, diarrea e infecciones respiratorias, como advierte la OMS. Aunque se ha incrementado la ayuda internacional tras la tregua, las restricciones de Israel impiden la llegada de materiales esenciales para reparar los daños, lo que complica la recuperación de los servicios básicos en el enclave.
Leer noticia completa en El Pais.