La función de «Saltar anuncio» en YouTube, introducida como solución a la impaciencia del público, ha tenido un profundo impacto en nuestra capacidad de espera. Esta herramienta refleja una transformación más amplia hacia la inmediatez digital, donde la paciencia es casi inexistente y cualquier espera se considera intolerable. Las plataformas adaptan sus contenidos para satisfacer esta demanda de rapidez, pero el costo es significativo: la pérdida de concentración y la incapacidad para tolerar demoras. La mentalidad de todo lo inmediato afecta no solo al consumo digital, sino también a la forma en que aprendemos y trabajamos. Aunque no se busca eliminar esta opción, es esencial reconocer cómo esta prisa constante nos desgasta y sopesar el valor de detenerse ante la saturación actual.
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