Las comunidades autónomas han expresado su descontento ante la distribución desigual de los fondos, tras confirmarse que Madrid y Barcelona recibirán más de la mitad de los 12.888 millones de euros asignados. Estas críticas se centran en la ausencia de equidad en el reparto, lo que genera tensiones entre las distintas regiones que ven comprometidas sus oportunidades de inversión y desarrollo en comparación con las dos principales ciudades del país.
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