Durante el partido entre Sevilla y Atlético en el estadio Pizjuán, el ambiente se caldeó cuando los aficionados comenzaron a lanzar bolas amarillas a la portería de Oblak, lo que llevó al árbitro Soto Grado a detener el encuentro y activar el protocolo de seguridad. La advertencia por megafonía indicó que el partido podría ser suspendido si continuaban los incidentes. Aunque el lanzamiento de objetos cesó, los cánticos de «Júnior vete ya» resonaron en la grada, reflejando el descontento hacia la directiva del Sevilla. Este acto fue la culminación de una protesta que reunió a 1.500 aficionados antes del partido, respaldados por 46 peñas y agrupaciones, en contra de la gestión deportiva que mantiene al club con el menor límite salarial de la liga.
Leer noticia completa en OK Diario.