En la primera cumbre del G-20 celebrada en África, específicamente en Johannesburgo, el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa utilizó la oportunidad para destacar la importancia de un nuevo orden global que reconozca las aspiraciones del continente africano y del Sur Global. La declaración final de los líderes del G-20 refleja estas aspiraciones, priorizando temas esenciales como la resiliencia ante desastres climáticos y el desarrollo sostenible. A pesar de las persistentes crisis en África, como la violencia en el Sahel y la inestabilidad política, emergen narrativas de una África innovadora y dinámica, impulsada por su juventud y emprendimiento en áreas como el comercio regional y la identidad digital. La cumbre también subraya la necesidad de una colaboración estrecha entre África y el mundo para aprovechar el potencial demográfico del continente, al mismo tiempo que se reconocen desafíos significativos como conflictos y fragilidades económicas. Sin embargo, se vislumbran esperanzas de estabilidad a través de iniciativas como acuerdos de paz recientes y reportes económicos optimistas del FMI. La cumbre podría consolidar un proceso de convergencia que fortalezca la posición africana en el escenario global.
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