Aji Fama Jobe, una destacada creadora digital originaria de Gambia, se erige como una voz influyente en la promoción de los derechos digitales y el empoderamiento femenino en el ámbito tecnológico. Como cofundadora de Women TechMakers Banjul, su misión durante los últimos cinco años ha sido proporcionar recursos, mentoría y una mayor visibilidad para mujeres y niñas en el mundo de la tecnología.
En su papel dentro del Grupo del Banco Mundial, donde se encarga de resolver problemas de tecnología de la información, Jobe ha constatado que, a pesar de existir leyes que garantizan la libertad de expresión en Gambia, la realidad cultural suele contradecir estas normas. «En nuestra sociedad, se desalienta a las mujeres a hablar, no solo en el trabajo, sino también en el hogar. Hay una expectativa de que los hombres sean los que hablen y tomen decisiones», explica Jobe. A pesar de enfrentar estos obstáculos culturales, ella está convencida de que promover la libertad de expresión es clave para empoderar a las mujeres. «Cuando las mujeres pueden expresar sus opiniones sin ser juzgadas, eso les otorga confianza», asegura.
Jobe destaca también la importancia de las plataformas digitales y el papel crucial de las grandes empresas en regular el discurso en línea. Considera que empresas como Facebook deben intensificar su implicación en la moderación del contenido, debido a las particularidades culturales y lingüísticas de Gambia. «Con seis o siete idiomas en el país, es un desafío para las plataformas manejar el contenido en contextos locales», comenta, señalando que las iniciativas de la sociedad civil no son suficientes para abordar la magnitud del problema.
Sobre la situación política actual del país, Jobe opina que Gambia ha experimentado un ambiente más democrático desde las elecciones de 2016, permitiendo a los ciudadanos expresar sus opiniones sin temor a represalias. Recuerda vivamente un tiempo cuando la censura era omnipresente. «Recuerdo que antes de 2016, no podíamos ni mencionar el nombre del presidente. Era un ambiente opresivo que limitaba nuestra capacidad de hablar abiertamente», relata.
Motivada por su propia travesía en el sector tecnológico, Jobe estableció Women TechMakers Banjul para asegurar que otros no tuvieran que enfrentar los mismos desafíos que ella. «Quiero que las personas se sientan seguras en sus habilidades y puedan acceder a oportunidades sin importar su género», enfatiza. Su labor ha tenido un impacto positivo en muchas vidas, y ella se muestra satisfecha al ver que su trabajo ayuda a las mujeres a ganar confianza en sus capacidades.
Finalmente, Jobe subraya que la libertad de expresión y los derechos digitales son temas que deberían preocupar a todos. «Todos tenemos la responsabilidad de proteger nuestro espacio en línea. La forma en que hablamos y nos comunicamos puede tener un gran impacto en otros», concluye, planteando un llamado a la acción que busca despertar conciencia colectiva sobre la vital importancia de la libertad de expresión en el mundo digital.
