Las autoridades rusas han admitido la gravedad del desastre ambiental generado por el hundimiento de un petrolero ocurrido a mediados de diciembre en el mar que separa a Rusia del territorio que recientemente han anexado. Este incidente ha provocado un importante derrame de petróleo en las aguas, desencadenando una crisis ecológica de gran escala que afecta tanto a la fauna marina como a las costas de la región. Equipos de emergencia están trabajando en la contención y limpieza del derrame, mientras que expertos evalúan las implicaciones ambientales a largo plazo y posibles medidas para mitigar el impacto del derrame en el ecosistema local.
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