El clima en la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada está marcado por tensiones internas mientras Alberto Ayora, su actual presidente, busca la reelección. Enfrenta un entorno hostil debido a conflictos con las federaciones territoriales que, según él, actúan por interés personal, generando una asfixia económica intencionada hacia la federación nacional. Ayora ha recibido múltiples denuncias durante su mandato, una de las cuales ha sido elevada al Tribunal Administrativo del Deporte de manera controvertida justo antes del proceso electoral. Ayora, quien busca modernizar la federación, se enfrenta a la resistencia de una «vieja guardia» que intenta frenar sus reformas, en medio de un contexto electoral con varias candidaturas en pugna.
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