Alemania enfrenta un desafío significativo en su intento por avanzar en la transformación digital, particularmente en lo que respecta al acceso a Internet de alta velocidad. A pesar de las crecientes inversiones y objetivos políticos ambiciosos, la realidad es que el país sigue anclado en sistemas DSL, una tecnología de conexión a Internet que no parece desaparecer pronto.
Según el análisis del mercado presentado por la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones y Servicios de Valor Añadido (VATM), la fibra óptica lucha por asumir el protagonismo frente a las conexiones de cobre, más antiguas pero todavía dominantes. Actualmente, de los 39,2 millones de líneas fijas activas en Alemania, cerca de 23 millones dependen del DSL, lo que representa un sorprendente 59 %. En contraste, la tecnología de fibra óptica solo conecta a 6,1 millones de usuarios.
A pesar de que la DSL está técnicamente obsoleta, su rendimiento actual, con velocidades de hasta 250 Mbps, es suficiente para satisfacer las necesidades básicas y más exigentes como el streaming en 4K. Esto provoca una falta de urgencia entre los usuarios para migrar a tecnologías más modernas.
Las cifras de «homes passed» versus hogares realmente conectados reflejan otra capa del problema. Deutsche Telekom, a pesar de sus planes ambiciosos de expansión, tiene una baja tasa de activación, con solo 2 millones de hogares realmente conectados a su red de fibra de los 12,6 millones previstos para 2025. Esta estrategia parece más una preparación para el futuro apagado del cobre que un esfuerzo real por conectar hogares.
Los retos no se detienen ahí. La escasez de zonas rentables y la ocultación de incentivos claros mantienen el despliegue de fibra en una fase estancada. Además, el modelo comercial basado en ventas puerta a puerta genera desconfianza entre los consumidores y ha llevado a algunas empresas, como Deutsche Wohnen, a prohibir las ventas presenciales de Telekom en sus propiedades.
Frederic Ufer, director general de VATM, señala que la supervivencia de más de 270 proveedores de fibra óptica en el país no es sostenible. Sugiere que, finalmente, muchos operadores municipales y regionales abandonarán el mercado o se convertirán en proveedores pasivos de infraestructura.
En esencia, a pesar del aumento en el consumo de datos y los esfuerzos por expandir la infraestructura de fibra óptica, Alemania parece atrapada en un círculo vicioso donde el DSL sigue siendo la tecnología preferida. Según los escenarios previstos por VATM, sin una presión política fuerte y estrategias claras de migración, esta situación se mantendrá al menos hasta 2030. La revolución de la fibra óptica, por ahora, permanece sepultada bajo kilómetros de cobre.