Un estudio del Desert Research Institute ha revelado que las secadoras domésticas en Estados Unidos liberan al aire más de 3.500 toneladas de microfibras anualmente. Estas pequeñas partículas, invisibles y persistentes, se dispersan en el ambiente y alcanzan suelos y ecosistemas. Las fibras, desprendidas durante el secado de la ropa, son en su mayoría de materiales naturales como el algodón, pero su nocividad persiste por el uso de tintes y compuestos químicos. Las secadoras que ventilan al exterior, comunes en EE. UU., agravan el problema, mientras que los modelos europeos retienen mejor estas fibras. Se recomienda limpiar filtros de pelusa, instalar filtros eficientes y secar al aire para mitigar el impacto ambiental.
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