En estados como Nueva York, Michigan y Wisconsin, se han reportado numerosos avistamientos de ciervos con bultos desfigurantes, generando preocupación pública y titulares sensacionalistas. Estos crecimientos, causados por un virus del papiloma específico de ciervos, son fibromas cutáneos y, aunque alarmantes en apariencia, no suelen afectar gravemente la salud de los animales. La propagación ocurre mediante vegetación contaminada e insectos, y aunque visible desde la década de 1950, la difusión actual en redes sociales ha amplificado la preocupación. Las autoridades insisten en que no hay riesgo para humanos ni mascotas, aunque recomiendan el consumo cuidadoso de carne de ciervo afectado.
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