En España, una nueva modalidad de estafa está generando preocupación entre consumidores y autoridades. Conocida como «tarjeta blanca», esta táctica implica la clonación de tarjetas de crédito o débito durante el proceso de pago en datáfonos alterados, resultando en transacciones no autorizadas que pueden alcanzar hasta 300 euros en cuestión de minutos.
La técnica utilizada es alarmantemente simple y efectiva. Cuando una persona realiza un pago, el datáfono manipulado recopila toda la información de la tarjeta: nombre del titular, fecha de vencimiento, código de seguridad CVV e incluso el PIN, si es ingresado. Con estos datos, los estafadores consiguen una copia exacta de la tarjeta, permitiéndoles efectuar compras fraudulentas de inmediato, antes de que la víctima se dé cuenta.
La rápida proliferación de este fraude se debe a su discreción y eficacia, ya que no requiere conocimientos informáticos avanzados por parte de los delincuentes. Los incidentes han sido reportados tanto en pequeños comercios como en grandes cadenas, indicando que el peligro es generalizado para cualquier persona que utilice tarjetas para pagar.
Para prevenir esta estafa, los expertos aconsejan una serie de medidas. Inspeccionar visualmente el datáfono antes de usarlo, optar por el pago sin contacto, activar alertas de movimientos bancarios y revisar regularmente los extractos son pasos fundamentales. En caso de detectar movimientos sospechosos, es crucial bloquear la tarjeta y contactar al banco de inmediato. La prevención y la vigilancia son esenciales para evitar caer en esta sofisticada forma de delincuencia financiera, que amenaza con convertirse en una problemática cada vez más común.