Europa ha dado un paso contundente en su ambición de liderar la carrera global por la supercomputación y la inteligencia artificial con la construcción del superordenador exascale Alice Recoque. Este proyecto, que cuenta con la colaboración de AMD y Eviden, marca un hito al convertirse en el primer superordenador de esta capacidad en Francia y el segundo de Europa. Su finalidad no es solo avanzar en el ámbito científico, sino también actuar como una “fábrica de IA”, fortaleciendo la independencia tecnológica del continente.
Con una inversión aproximada de 554 millones de euros, Alice Recoque promete un rendimiento de más de un exaflop en doble precisión. La magnitud de su capacidad permite realizar un trillón de operaciones por segundo, habilitando simulaciones e investigaciones que hasta ahora eran imposibles o tomaban semanas para completarse. Esta innovación representa un componente vital en el esfuerzo de la Unión Europea por potenciar su infraestructura de computación de alto rendimiento a través de iniciativas como EuroHPC y el programa Digital Europe.
La creación de Alice Recoque está siendo impulsada por un consorcio europeo bajo el nombre de Jules Verne, encabezado por Francia con la participación de Países Bajos y Grecia. El financiamiento está cubierto por la EuroHPC y los países participantes, quienes contribuyen con recursos significativos para cubrir costos que engloban desde la adquisición e instalación hasta la operación y evolución del sistema.
La arquitectura de Alice Recoque integra tecnologías avanzadas de AMD, incluyendo CPUs EPYC de nueva generación y GPUs Instinct MI430X. Estos componentes están diseñados para maximizar la eficiencia y permitir la ejecución de tareas de inteligencia artificial y cómputo científico con un enfoque en la sostenibilidad energética. La plataforma BullSequana XH3500 de Eviden y el sistema de refrigeración líquida directa son clave para reducir el impacto ambiental y optimizar el consumo energético.
Más allá de su impresionante capacidad, Alice Recoque se plantea como un recurso estratégico para abordar desafíos cruciales como la modelización climática avanzada y el desarrollo de nuevos materiales para la transición energética. También se prevé su uso en la medicina personalizada y el avance de la IA europea. Este superordenador promete una integración de simulación, análisis de datos e IA que podría transformar varias industrias y mejorar la vida en el continente.
El proyecto no solo busca avances tecnológicos, sino que fortalece la soberanía digital de Europa. La capacidad de operar modelos de IA dentro de la jurisdicción europea asegura un control regulatorio apropiado, alineado con las normativas comunitarias de protección de datos.
En un contexto global donde la infraestructura de computación es cada vez más crucial, Alice Recoque se posiciona como una pieza fundamental del rompecabezas europeo. Su implementación podría redefinir el liderazgo europeo en supercomputación, proporcionándole no solo herramientas para innovar, sino también para competir de manera autónoma en el dinámico escenario tecnológico global.








