En una encendida intervención en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, el eurodiputado Alvise Pérez, representante del partido «Se acabó la fiesta», arremetió contra el estado actual de la política en España y Europa con un discurso marcado por críticas agudas y un tono irónico. Dirigiéndose a los ciudadanos, Pérez denunció lo que considera como prácticas corruptas y deficiencias en las instituciones políticas.
Desde el inicio de su intervención, Pérez puso en entredicho la credibilidad de los políticos actuales, afirmando que en política prevalece la apariencia sobre los hechos. Con un toque de sarcasmo, declaró: «Quiero ser el primer eurodiputado de la historia en llamarte imbécil», sugiriendo que, aunque muchos políticos traten a los ciudadanos despectivamente, él lo haría al menos con la «credibilidad» que le brinda su posición y el entorno institucional.
A lo largo de su discurso, Pérez abordó temas candentes como las partidas secretas percibidas por los políticos, el frecuente ausentismo en las sesiones parlamentarias, y la aprobación de cuantiosos fondos para el conflicto en Ucrania. Criticó que, mientras miles de millones se asignan a guerras en el extranjero, España descuida asuntos internos urgentes, como la vivienda y la seguridad en zonas como Almería, Cádiz, Ceuta, Melilla, y Canarias.
El eurodiputado dirigió severas críticas a los principales partidos españoles. Denunció al PSOE por proclamar como «éxito» la reducción del desempleo juvenil, pese a que España sigue liderando los índices de desempleo en Europa. Del mismo modo, atacó al PP, acusándolo de hipocresía al conmemorar el Día Internacional contra la Pobreza mientras apoyan envíos de 50.000 millones de euros a Ucrania.
Pérez recalcó que su partido fue el único grupo español que votó en contra de la asignación de fondos para la guerra, destacando su prioridad de mejorar la situación interna de España, en vez de centrarse en políticas exteriores. Asimismo, criticó la liberación de etarras y la reducción de penas a criminales condenados, acusando a los jueces de buscar beneficios personales en el sistema judicial.
El eurodiputado apeló directamente a la indignación ciudadana, alentando a los españoles a reconocer que el problema no reside solo en los políticos individuales, sino en el sistema de «partitocracia» que perpetúa los abusos. «Nosotros, los autónomos, los currantes, los jóvenes sin casa ni trabajo, o los mayores que ven como España se va a la mierda, podemos organizarnos y acabar con esta calaña de una vez por todas», expresó al concluir su intervención.
Pérez llamó a la movilización ciudadana para cambiar el rumbo político de España, tomando como inspiración movimientos recientes en países como Argentina y El Salvador, reafirmando su compromiso de combatir un sistema que considera corrupto desde sus cimientos.
El eurodiputado se postula así como una voz crítica y desafiante dentro del Parlamento Europeo, y su discurso busca movilizar a una ciudadanía cansada de prácticas políticas que, en su opinión, han traicionado sus intereses.