La Junta de Andalucía ha implementado un conjunto de medidas extraordinarias para prevenir y controlar la propagación de la Peste Porcina Africana (PPA) en la región. Esta decisión surge tras la confirmación de casos positivos de la enfermedad en jabalíes silvestres detectados en Cataluña. Aunque la PPA no representa un riesgo para la salud humana, el impacto económico puede ser devastador, forzando cierres de exportaciones, restricciones de movimiento y sacrificio de animales en las explotaciones afectadas.
El gobierno andaluz, en respuesta a esta amenaza, ha lanzado un paquete de acciones urgentes que involucran varios sectores, incluyendo a las consejerías de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural; Sostenibilidad y Medio Ambiente; y Sanidad, Presidencia y Emergencias. El objetivo principal es proteger el sector porcino andaluz, crucial para la economía rural, y asegurar la biodiversidad y seguridad en áreas urbanas y naturales.
Bajo este nuevo esquema, la Junta ha intensificado la bioseguridad en las explotaciones porcinas, incrementando inspecciones en granjas y vigilando movimientos de riesgo. Los servicios veterinarios oficiales han redoblado esfuerzos para detectar anomalías. También se ha reforzado la supervisión sobre subproductos animales de caza y activado un protocolo para gestionar la aparición de jabalíes muertos.
Adicionalmente, el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) ha publicado una resolución que declara toda la comunidad como área de emergencia cinegética temporal debido a los daños y riesgos sanitarios por jabalíes y cerdos asilvestrados. Esta resolución se fundamenta en la creciente población de jabalíes y los riesgos sanitarios derivados.
Las medidas incluyen modalidades de control de población, como aguardos nocturnos y el uso de visores térmicos. Además, la instalación de capturaderos debe ser notificada a los agentes de medio ambiente, y en áreas críticas como los parques nacionales y montes públicos, ya se han reactivado capturaderos para controlar la población de jabalíes.
En espacios urbanos y periurbanos, donde está prohibido el uso de armas de fuego, se recurrirá a métodos de captura autorizados bajo supervisión. Se realizará un trabajo conjunto con los ayuntamientos para gestionar la presencia de estos animales y fomentar prácticas disuasorias.
En cuanto a la seguridad alimentaria, aunque la PPA no afecta a los humanos, se han intensificado controles en mataderos y supervisiones de piezas de caza. Se han actualizado los protocolos de formación para más de 300 veterinarios para asegurar procedimientos estandarizados.
La Junta también ha llamado a la colaboración ciudadana y municipal, subrayando la importancia de mantener encerrados los contenedores de basura y no alimentar a la fauna silvestre. Asimismo, se recomienda no tocar animales muertos y notificar de inmediato a las autoridades. La comunidad debe mantenerse informada y ser corresponsable en la prevención de riesgos.
Esta estrategia integral busca combinar vigilancia, control, prevención y responsabilidad compartida para minimizar los riesgos sanitarios y evitar la expansión de esta enfermedad. Las medidas se mantendrán hasta marzo de 2026, con actualizaciones periódicas basadas en la evolución del riesgo epidemiológico.
Fuente: Junta de Andalucía.
