El rey Carlos III ha comenzado el proceso formal para revocar todos los honores y distinciones otorgados a su hermano. Esta medida sigue un riguroso protocolo establecido en la monarquía y representa una decisión significativa en el contexto de las relaciones familiares e institucionales. La acción ha sido vista por analistas como un intento de preservar la integridad y reputación de la Corona en medio de crecientes controversias y presiones públicas. La decisión podría tener repercusiones en el seno de la familia real y sus vínculos con otras instituciones británicas e internacionales.
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