El presidente ruso, Vladímir Putin, respondió contundentemente al discurso del líder francés, Emmanuel Macron, quien ofreció el «paraguas nuclear» de Francia como protección para Europa frente a la amenaza rusa y la incertidumbre sobre el respaldo de Estados Unidos. Desde el Kremlin, Putin consideró esta oferta como una «amenaza directa» a la seguridad rusa, evocando la fallida invasión napoleónica de 1812 y advirtiendo que cualquier intento de intimidación nuclear contra Rusia tendría graves consecuencias. En paralelo, Rusia ha intensificado sus ejercicios militares cerca de las fronteras con la OTAN. Las reacciones en Europa han sido diversas: mientras el primer ministro polaco, Donald Tusk, criticó la postura rusa como «intimidación inaceptable», el canciller austríaco, Karl Nehammer, pidió moderación. Por su parte, el Elíseo reafirmó el compromiso de Macron con la defensa europea, sin entrar en la confrontación histórica.
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