En un desigual enfrentamiento pugilístico, dos boxeadores de notable diferencia en habilidad y complexión se enfrentaron por una impresionante bolsa de 184 millones de dólares. El evento atrajo la atención internacional debido al significativo disparidad entre los contrincantes, reflejando las tendencias actuales en el boxeo de promover espectáculos más allá de la paridad deportiva. Este tipo de encuentros, aunque criticados por algunos puristas del deporte, han demostrado ser un gran atractivo económico, generando masivas audiencias y elevados ingresos.
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