Eurovisión 2025 ya ha comenzado, y se espera que más de 150 millones de espectadores de todo el mundo se conecten para seguir esta 69ª edición. Este año, el festival se posiciona como uno de los más competitivos, sin claros favoritos y con una emoción latente que promete mantener a los televidentes al filo de sus asientos.
El Festival de Eurovisión, nacido con el propósito de unir a Europa tras la Segunda Guerra Mundial, fue organizado por la Unión Europea de Radiodifusión en 1956, con la participación de solo siete países. A lo largo de los años, el concurso ha crecido exponencialmente, incluyendo 37 naciones en la actualidad, con participantes no europeos como Australia. El certamen sigue siendo un escaparate para talentos, al ser el trampolín para artistas emblemáticos como ABBA y Céline Dion.
Este año, Basilea, Suiza, tiene el honor de ser la sede del festival, con semifinales los días 13 y 15 de mayo, y la gran final programada para el 17. En estas primeras rondas competirán 31 países, mientras que Suiza, los anfitriones, y el grupo conocido como “Big Five” (España, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido) tienen asegurada su presencia en la gran final por su significativo aporte financiero.
Entre los principales candidatos a llevarse el título, Suecia parece tener una leve ventaja. La canción «Bara Bada Bastu», interpretada por el trío KAJ, ha capturado la atención al consagrarse en el Melodifestivalen, otorgándole a Suecia un 24% de posibilidades de victoria. Austria también es considerada una fuerte competidora, con «Wasted Love» interpretada por Johannes Pietsch, alias JJ, ubicándose muy cerca con un 22% en las apuestas. Francia, con Louane y su tema «Maman», ha logrado un 11% de predilección entre los espectadores.
En contraste, las predicciones para España no son tan favorables. Melody, con su canción «Esa diva», representa al país tras ganar el Benidorm Fest con gran apoyo del público. Sin embargo, las expectativas ponen a España en el puesto 29 de 37, con solo un 1% de probabilidades de victoria. No obstante, la reciente publicación de una versión internacional de su tema ha despertado interés y podría modificar el desenlace.
A pesar de las predicciones pesimistas, Eurovisión siempre ha sido escenario de sorpresas, y en Basilea, nada está decidido hasta que suene la última nota. Con la música como protagonista, el festival se prepara para una final que podría desafiar todas las expectativas y tradiciones.
