El presente texto aborda la problemática de cómo ciertos sectores en España continúan exaltando, de manera preocupante, la figura de ETA, presentando a los terroristas como héroes en vez de victimarios. Critica la narrativa que da un falso aire de lucha noble a sus acciones violentas, incluso durante el franquismo, y que sigue siendo aprovechada políticamente. Se destaca un reciente documental, «Un viernes y trece», que narra la masacre llevada a cabo por ETA en 1974 y busca contrarrestar estas visiones distorsionadas. Este documental pretende honrar a las víctimas y recordar el verdadero impacto del terrorismo en el país, mostrando cómo afectó a familias y comunidades enteras. A través de testimonios, se rememoran vidas truncadas por la violencia, y se señala la omisión de justicia hacia algunos de los responsables, quienes han vivido sin enfrentar consecuencias. Así, se hace un llamado a no olvidar la brutalidad de estos actos y a rechazar cualquier intento de justificar o romantizar a sus ejecutores.
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