En un voto dividido, los embajadores de la Unión Europea han aprobado un mandato negociador que podría abrir las puertas a una infraestructura de vigilancia masiva a largo plazo. Esta decisión contrasta con la percepción general de que la UE habría descartado el controversial ‘Control de Chat’. Patrick Breyer, defensor de la libertad digital, ha urgido tanto a los medios como al público a ser cautelosos con la etiqueta de «voluntario». Aunque el Consejo ha removido la obligación de un escaneo, el texto acordado crea un marco legal que incentiva a las grandes corporaciones tecnológicas estadounidenses a realizar escaneos indiscriminados de comunicaciones privadas, establece controles de edad obligatorios para todos los usuarios de Internet y podría restringir significativamente el acceso de los adolescentes al mundo digital.
Patrick Breyer señala contundente que «los titulares son engañosos: el Control de Chat no ha muerto, simplemente se está privatizando». Según él, el Consejo ha aprobado un auténtico «Caballo de Troya», legitimando así una vigilancia masiva que podría prescindir de supervisión judicial, poniendo en riesgo el anonimato en línea mediante la introducción de verificaciones de edad obligatorias.
El enfoque del Consejo difiere marcadamente de la posición del Parlamento Europeo, que defiende una vigilancia más específica y basada en sospechas. Este mandato introduce tres amenazas críticas: un escaneo masivo indiscriminado bajo el pretexto de ser «voluntario», el fin de las comunicaciones anónimas mediante controles de edad obligatorios, y lo que Breyer describe como un «arresto domiciliario digital» al excluir a menores de 17 años de servicios de chat si no se siguen estrictas condiciones.
El mandato aprobado ha generado divisiones dentro de la UE, con la República Checa, los Países Bajos y Polonia votando en contra, e Italia decidiendo abstenerse. Esto refleja una preocupación generalizada en torno a la legalidad y proporcionalidad de las medidas propuestas. Las negociaciones entre el Consejo y el Parlamento Europeo están programadas para avanzar hacia un texto final antes de abril de 2026.
Patrick Breyer concluye de forma contundente que, ante esta situación, se asoma un futuro en el que necesitar una identificación para enviar un mensaje será la norma y donde sistemas de inteligencia artificial podrán decidir sobre la legitimidad de nuestras comunicaciones privadas. Breyer advierte que lejos de ser una victoria para la privacidad, esta medida representa una amenaza inminente.
Esta aprobación, sustentada por el Comité de Representantes Permanentes (COREPER), llevará ahora al texto a ser objeto de negociaciones con el Parlamento Europeo, que ha planteado un mandato a favor de una vigilancia más dirigida y basada en sospechas. Los interesados pueden obtener más información en chatcontrol.eu.








