El Tribunal Supremo ha decidido mantener las calles madrileñas dedicadas a los dirigentes socialistas Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto, protagonistas de uno de los episodios más controvertidos de la Segunda República. Ambos lideraron el golpe de Estado de octubre de 1934, rompiendo la legalidad republicana y dejando numerosas víctimas. Largo Caballero, conocido como el «Lenin español», defendía una revolución a imagen soviética, mientras que Prieto organizó un importante alijo de armas. Durante la Guerra Civil, ambos tuvieron roles significativos en el «terror rojo». Años después, Prieto asumió su responsabilidad en estos hechos. La historia de estos líderes sigue generando debate, mostrando que las heridas del pasado aún persisten en España.
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