La lana vasca, especialmente la de oveja latxa, enfrenta importantes desafíos debido a su tratamiento como residuo especial y la falta de infraestructura adecuada en España. A pesar de su calidad, gran parte de esta lana termina incinerada o almacenada sin destino claro. Iniciativas como Mutur Beltz y Ardi-ko buscan revalorizar la lana mediante procesos artesanales que enfatizan la sostenibilidad y la historia local. Sin embargo, enfrentan barreras legales y comerciales, como la escasez de lavaderos industriales y la complejidad del traslado del material. Estos proyectos luchan por crear una cadena productiva que preserve las tradiciones mientras impulsa la innovación.
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