Desde el fin del alto el fuego, los ataques han causado la muerte de 1.783 personas y han dejado 4.683 heridos, siendo la mayoría de las víctimas mujeres y niños. La violencia en la región ha escalado de manera alarmante, generando preocupación a nivel internacional por la creciente cifra de bajas civiles y la urgente necesidad de atender la crisis humanitaria que se agrava con cada jornada. Organizaciones internacionales hacen un llamado a las partes enfrentadas para que retomen el diálogo y busquen una solución pacífica que evite más sufrimiento a la población afectada.
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