La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH) ha revelado detalles alarmantes sobre las atrocidades cometidas en El Fasher, capital de Darfur del Norte, tras su captura por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Desde el asalto del 23 de octubre, se registraron ejecuciones sumarias, asesinatos masivos, violaciones, ataques a trabajadores humanitarios, saqueos, secuestros y desplazamientos forzados.
El portavoz de la Oficina en Nairobi, Kenia, informó que los testimonios de sobrevivientes que escaparon a Tawila describen un «escenario de terror». Las imágenes y videos muestran violaciones flagrantes del derecho internacional, y se estima que los civiles muertos o heridos podrían ser varios cientos, según Seif Magango.
Entre las denuncias más impactantes se encuentra la ejecución de pacientes en hospitales, como el Hospital de Maternidad Al-Saudi y otros centros improvisados en Daraja Oula y Al-Matar. Magango subrayó que los hospitales deben ser «lugares de protección, no de muerte».
Además, se han reportado casos de violencia sexual, incluyendo la violación en grupo de al menos 25 mujeres cerca de la Universidad de El Fasher. Testigos aseguran que las RSF seleccionaban a mujeres y niñas a punta de pistola. También hay informes de asesinatos de trabajadores humanitarios.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió a los Estados con influencia en el conflicto que actúen para detener la violencia y proteger a la población civil. La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó preocupación por los ataques al sistema sanitario. Más de 460 pacientes y sus familiares fueron asesinados, y seis trabajadores de salud secuestrados. Solo en octubre, el Hospital de Maternidad sufrió cinco ataques.
La OMS advirtió sobre la falta de presencia humanitaria y el bloqueo a la ayuda. Menos de la mitad de los centros médicos de Sudán operan normalmente, y el 40% han dejado de funcionar. «Las personas mueren por falta de atención básica y medicamentos», lamentó Teresa Zakaria de la OMS.
La comunidad internacional ha sido llamada a no abandonar a Sudán en esta crisis. Desde Ginebra, Rolando Gómez, portavoz de la ONU, recordó que el Consejo de Seguridad exigió a las RSF levantar el asedio y detener los combates. La Oficina de Derechos Humanos reiteró que los ataques a hospitales deben ser investigados y los responsables llevados ante la justicia.