El comercio electrónico en la Unión Europea se encuentra en plena expansión, impulsado por un notable aumento en el número de consumidores que recurren a plataformas digitales para adquirir bienes y servicios. Según la más reciente encuesta anual sobre el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en hogares e individuos, el 77 % de los usuarios de Internet realizaron compras en línea para uso personal durante el último año, demostrando un impresionante avance desde el 59 % registrado en 2014. Este aumento de 17 puntos porcentuales en una década subraya un cambio significativo en los hábitos de compra de los europeos.
Irlanda, los Países Bajos y Dinamarca se posicionan como los líderes en esta transición digital, alcanzando un 96 %, 94 % y 91 % respectivamente en el porcentaje de usuarios de Internet que compraron en línea. En el otro extremo del espectro, Bulgaria presenta el porcentaje más bajo, con solo el 57 % de usuarios comprando en línea, seguida de cerca por Italia y Rumanía, cada una con un 60 %.
El caso de Rumanía merece especial atención, ya que el país mostró una notable evolución en la última década, con un salto de 43 puntos porcentuales en sus hábitos de compra en línea, pasando de un modesto 17 % en 2014 a un 60 % en 2024. De forma similar, Hungría y Lituania experimentaron incrementos significativos, con 37 y 36 puntos porcentuales de aumento, respectivamente.
Las categorías de productos más populares en el ámbito del comercio electrónico en 2024 incluyen la ropa y artículos deportivos, que lideran la lista con un 45 % de las compras en los últimos tres meses. Otras categorías destacadas son los servicios de entrega de alimentos, cosméticos, productos de bienestar, muebles y complementos para el hogar, con cuotas del 21 %, 20 % y 19 % respectivamente. Con un 16 %, los equipos deportivos y las publicaciones impresas, como libros, revistas y periódicos, junto con los suplementos de salud, completan el panorama de preferencias de los consumidores.
Este auge del comercio electrónico en la UE refleja un cambio profundo en las preferencias del consumidor, quien cada vez más valora la conveniencia y accesibilidad que ofrece el entorno digital. La tendencia es clara: el comercio en línea está dejando de ser una alternativa para convertirse en una norma consolidada en el comportamiento de compra en Europa.
