La rehabilitación de viviendas en España ha experimentado un crecimiento notable del 47% gracias a las ayudas de los fondos europeos entre 2020 y 2023, según datos del Ministerio de Vivienda. Sin embargo, estos avances no han aliviado significativamente la pobreza energética, que afecta a un número creciente de hogares. El reciente borrador del Plan Nacional de Renovación de Edificios (PNRE) del Ministerio busca lograr un recorte del 25% en el consumo energético para 2030, pero expertos y organizaciones apuntan a la necesidad de que las ayudas lleguen a los hogares más vulnerables. La proporción de familias que no pueden mantener una temperatura adecuada en invierno se ha duplicado desde 2020, lo que evidencia que muchas ayudas no están dirigidas eficazmente a quienes más lo necesitan. La persistente brecha en la distribución de estos recursos resalta la urgencia de adoptar medidas proactivas y estrategias como los dinamizadores de rehabilitación, así como ajustes en el proceso de adjudicación de fondos, para asegurar que las ayudas beneficien realmente a los sectores más desfavorecidos.
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