El impacto del cambio climático se hace cada vez más patente en el sector de seguros de hogar, donde fenómenos meteorológicos extremos están llevando a un aumento significativo de las pólizas. Las compañías aseguradoras, enfrentadas a una creciente frecuencia de eventos destructivos como lluvias torrenciales, tormentas violentas, prolongados veranos e incendios, se ven obligadas a ajustar sus tarifas. Estos ajustes no solo reflejan la mayor incidencia de siniestros, sino también el aumento en los costos de reparación, impulsados por la subida en los precios de materiales y mano de obra.
Para el año 2026, se proyecta que las primas de seguros de hogar habrán subido considerablemente. Este encarecimiento responde en parte a un análisis exhaustivo de los costos reales de los siniestros, que revela un incremento en daños tanto a bienes muebles como a estructuras, cuya reparación se ha tornado más cara. La recurrencia de eventos climáticos extremos obliga a las aseguradoras a replantear su evaluación de riesgos, relegando el uso exclusivo de datos históricos. Desde 2025, se ha observado ya un marcado incremento en las primas, una tendencia que parece destinada a acentuarse.
La ubicación geográfica de las viviendas también juega un papel crucial en este escenario. En áreas propensas a inundaciones o incendios, las aseguradoras están aplicando recargos basados en la exposición al riesgo de cada inmueble. Como consecuencia, los asegurados enfrentan no solo un aumento en los costos, sino también un endurecimiento de las condiciones del seguro. Estos cambios se materializan en forma de mayores franquicias, restricciones en los límites de cobertura y la eliminación de algunas protecciones previamente incluidas. En situaciones extremas, ciertas propiedades pueden incluso resultar inasegurables.
Frente a este panorama, es esencial que los propietarios de viviendas se informen detalladamente sobre las coberturas actuales de sus seguros y se preparen para posibles modificaciones. Comparar ofertas entre las distintas aseguradoras se convierte en una estrategia fundamental para lograr una protección adecuada a un precio razonable. Además, invertir en mejoras que mitiguen riesgos podría ayudar a reducir los costos del seguro a futuro.
Con el cambio climático dictando cada vez más las políticas del sector asegurador, tanto compañías como clientes deberán adaptarse a un entorno en constante evolución. Para los propietarios, la clave estará en mantenerse al tanto de estos cambios y ser proactivos en la gestión de sus pólizas para navegar con éxito estos crecientes retos.








