El horizonte de sucesos de un agujero negro, esa frontera mística más allá de la cual ni siquiera la luz puede escapar, continúa siendo una de las áreas más fascinantes en la astrofísica contemporánea. Las investigaciones realizadas por la colaboración del Telescopio de Horizontes de Sucesos (EHT) han permitido profundizar en las características del agujero negro supermasivo conocido como M87*, ubicado en el centro de la galaxia Messier 87. Tras las observaciones realizadas entre 2017 y 2018, los científicos han ampliado significativamente nuestra comprensión de cómo funcionan estos titanes cósmicos.
El equipo internacional, que incluye investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), ha encontrado que el eje de rotación de M87* se orienta en dirección opuesta a la Tierra. Además, han determinado que la turbulencia en el disco de acreción —el gas que orbita alrededor del agujero negro— es vital para explicar los cambios en el brillo del anillo observado en comparación con lo que se registró en 2017. Estos resultados, publicados en la revista Astronomy & Astrophysics, representan un hito en el estudio de las dinámicas complejas de los entornos cercanos a los agujeros negros.
Kotaro Moriyama, investigador del IAA-CSIC, destaca la importancia de estos avances. Según él, la interacción entre un agujero negro y su entorno, donde la gravedad juega un papel central, abre la puerta a una nueva comprensión sobre los fenómenos extremos del universo. Cada nuevo conjunto de observaciones permite a los científicos desentrañar algunos de los secretos que rodean a estos objetos celestes.
Seis años después de que se hiciera pública la primera imagen de un agujero negro, el EHT ha presentado un nuevo análisis que combina observaciones de 2017 y 2018, proporcionando información valiosa sobre la estructura y la dinámica del plasma en las proximidades del horizonte de eventos. Este trabajo no solo mejora la comprensión de los agujeros negros, sino que también aporta nuevos enfoques teóricos sobre algunos de los fenómenos más enigmáticos del cosmos.
Los recientes hallazgos confirman la existencia del anillo brillante alrededor de M87*, que tiene un diámetro de aproximadamente 43 microsegundos de arco, alineándose con las expectativas teóricas sobre la sombra de un agujero negro de 6.500 millones de masas solares. Notablemente, se observó un desplazamiento de 30 grados en sentido antihorario de la región más brillante del anillo desde 2017. Los investigadores han dado la bienvenida a esta confirmación de sus predicciones iniciales, lo que representa un paso significativo para entender el giro del agujero negro y las complejidades de su geometría en el espacio-tiempo.
Además, el análisis de los datos del EHT ha permitido evaluar modelos de acreción de gas que giran en direcciones opuestas al giro del agujero negro. León Sosapanta Salas, estudiante de doctorado en la Universidad de Ámsterdam, explica que esta dinámica es más consistente con las observaciones. Por otro lado, los científicos continúan trabajando en los datos de observaciones realizadas en años posteriores, con la esperanza de descubrir más sobre el flujo turbulento que rodea al agujero negro de M87.
La colaboración del EHT está formada por más de 400 investigadores de todo el mundo y se esfuerza por capturar las imágenes más detalladas de agujeros negros que se hayan logrado hasta ahora, creando un telescopio virtual del tamaño de la Tierra. Este esfuerzo implica conectar telescopios existentes mediante innovadores sistemas, logrando una resolución angular sin precedentes.
Los telescopios individuales involucrados incluyen ALMA, APEX, y el Telescopio de 30 metros de IRAM, entre otros, con los datos procesados en el Instituto Max-Planck de Radioastronomía y el Observatorio Haystack del MIT. La colaboración abarca 13 instituciones de renombre que están comprometidas en la exploración de los misterios del universo y el desentrañamiento de los secretos de los agujeros negros y su entorno.
Fuente: Instituto de Astrofísica de Andalucía