Un reciente estudio del Instituto de Investigación del Hospital del Mar ha puesto en evidencia una alarmante situación en torno al riesgo de suicidio y mortalidad prematura en personas hospitalizadas por trastornos mentales. La investigación, publicada en la revista JAMA Network Open, revela que las mujeres ingresadas en estos centros tienen un riesgo 48 veces mayor de suicidio en comparación con la población general femenina, mientras que los hombres enfrentan un riesgo 28 veces más alto en condiciones similares.
El estudio, que analizó datos de casi 50.000 personas hospitalizadas por problemas de salud mental entre 2014 y 2018, muestra cifras preocupantes: el 4,6% de los pacientes falleció prematuramente, un 1% por suicidio, y cerca del 10% sufrió algún episodio de autolesión no letal durante el periodo de seguimiento, que se extendió hasta finales de 2019. Estos índices han llevado a los investigadores a concluir la necesidad urgente de mejorar los procesos de atención tras el alta hospitalaria para estos pacientes.
La mortalidad prematura, definida como aquella que ocurre antes de los 70 años, es significativamente más alta en este grupo, con una incidencia 7,5 veces mayor en hombres y 7,7 veces mayor en mujeres en comparación con la población general. Los trastornos que más impactan en estos desenlaces incluyen la depresión, trastornos bipolares y el consumo de alcohol.
El Dr. Jordi Alonso, coordinador del Grupo de Servicios Sanitarios del Instituto, subraya que aunque el número absoluto de suicidios puede parecer bajo, su frecuencia es un indicativo de una mayor mortalidad en personas con trastornos mentales. Además, el estudio destaca diferencias significativas entre hombres y mujeres en cuanto al riesgo, sugiriendo que factores como el infradiagnóstico de la depresión en hombres y una mayor búsqueda de atención sanitaria por parte de las mujeres podrían ser determinantes.
El Dr. Víctor Pérez, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar, recalca que el 90% de las personas que se suicidan presentan un diagnóstico previo de enfermedad mental y que el riesgo aumenta cuando esta requiere hospitalización. Ante esta situación, se propone la implementación de medidas preventivas, especialmente en relación con el consumo de alcohol, y fomentar un enfoque multidisciplinario que integre salud mental y física.
Este estudio marca un hito en Cataluña, siendo el primero en abordar estas cuestiones de manera sistemática y plantea un modelo de atención más preventivo y personalizado para abordar las vulnerabilidades de quienes han padecido trastornos mentales.