Félix Ardanaz, director español, se encontraba en Kiev preparando la ópera «Carmen» de Bizet cuando un ataque aéreo ruso golpeó la ciudad, obligándole a refugiarse en su hotel. A pesar del impacto emocional y los peligros, Ardanaz dirigió la representación con determinación, destacando el papel de la cultura como resistencia en la guerra. La actuación, con un centenar de músicos y cantantes ucranianos, fue ovacionada, resaltando el compromiso cultural frente al conflicto. Ardanaz expresó su esperanza de que las restricciones culturales actuales, como la prohibición de autores rusos, no perduren, enfatizando el valor universal de dicha herencia.
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