El Banco de México redujo su tasa de interés en 25 puntos, situándola en 7,25%, en respuesta a la desaceleración económica y el panorama inflacionario. La decisión, respaldada por la mayoría de la Junta de Gobierno, busca fomentar el consumo e inversión en un contexto de incertidumbre por posibles cambios en políticas comerciales globales. Esta medida ocurre tras la confirmación de una caída del 0,3% en el PIB del tercer trimestre de 2025, afectado por debilidades en sectores industriales. Aunque la inflación registró una leve disminución al 3,63% anual, aún está por debajo de la meta, y el banco central ajustó su pronóstico de cierre del 2025 a 3,5%. A pesar de su mandato de estabilidad de precios, el Banco de México continúa con reducciones agresivas en las tasas, enfrentando riesgos de inflación futura, según señala Alfredo Coutiño de Moody’s.
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