Durante una reunión oficial, la presidenta de la Comunidad de Madrid abandonó el encuentro en respuesta a la utilización del catalán y el euskera en el evento. La decisión de emplear estas lenguas se produjo en el marco de una discusión sobre la diversidad lingüística en España, provocando la salida de la mandataria madrileña, quien defendió la importancia de utilizar el español como idioma común en dichos encuentros. Este incidente ha generado un debate sobre el uso de las lenguas cooficiales en eventos oficiales de ámbito nacional.
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