Bélgica busca fortalecer su defensa contra drones no identificados con un presupuesto de 50 millones de euros y la cooperación del Ejército alemán. Los drones han afectado el tráfico aéreo y sobrevolado bases militares recientes, llevando al cierre temporal de los aeropuertos de Bruselas y Lieja. El gobierno planea mejorar los sistemas de detección y emplear «fusiles» antidrones. Aunque no se confirma oficialmente, se sospecha de una conexión con Rusia, a la que se acusa de dirigir una «flota fantasma» de barcos. Las tensiones aumentaron tras un intercambio entre el ministro belga Theo Francken y Dmitri Medvédev, antiguo presidente ruso. Un ciberataque del grupo NoName057, vinculado a Rusia, siguió a estas tensiones, pero el Ministerio de Defensa belga minimizó su impacto.
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