Biodiversidad y Patrimonio en las Cuevas Marinas del Cabo de Gata: Un Tesoro Bajo el Mediterráneo

Bajo la superficie turística de las playas de Almería, un mundo submarino vibrante y complejo se despliega en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Este espacio protegido, con más de 49,000 hectáreas, es un santuario para quienes se atreven a explorar sus profundidades, donde las cuevas marinas sumergidas y semisumergidas revelan secretos milenarios. La interacción del mar y el terreno volcánico ha esculpido estas formaciones a lo largo de miles de años, ofreciendo un entorno vital para diversas especies marinas.

Las cuevas marinas, en particular, son protagonistas de la riqueza natural del parque. En total, se han identificado 19 de estas cuevas gracias al programa europeo Life IP Intemares. Estas estructuras subacuáticas ofrecen un refugio seguro para una impresionante biodiversidad, albergando crustáceos, esponjas, y peces endémicos que prosperan en la relativa oscuridad y protección que brindan estas cavidades.

El proyecto de conservación llevado a cabo por la Junta de Andalucía resalta estos hábitats como esenciales para mantener el frágil equilibrio ecológico del Mediterráneo. Las paredes y techos de las cuevas ofrecen nichos perfectos para la cría y desove de especies, además de actuar como baluartes frente a depredadores y fluctuaciones ambientales.

No obstante, las maravillas del Cabo de Gata-Níjar no terminan en sus cuevas. Los arrecifes, formaciones de origen tanto rocoso como biogénico, se extienden bajo sus aguas, enriqueciendo aún más su extraordinaria biodiversidad. Actualmente, estos arrecifes albergan más de 150 comunidades marinas distintas, consolidando al Cabo de Gata como un punto clave para la investigación científica y la conservación marina.

Para preservar estas valiosas formaciones, la Junta de Andalucía ha implementado medidas de regulación que incluyen el control en las actividades recreativas como el buceo. Estas restricciones están dirigidas a asegurar que las visitas no comprometan la integridad del ecosistema, promoviendo al mismo tiempo un turismo sostenible y consciente.

El parque no es solo un refugio marino; en tierra, su paisaje volcánico alberga especies únicas y formaciones geológicas fascinantes. Las playas prístinas, las salinas rebosantes de flamencos y los acantilados que resguardan especies de aves marinas establecen al Cabo de Gata como un destino imperdible para los amantes de la naturaleza.

Con la ayuda de centros de interpretación como Las Amoladeras y actividades educativas guiadas, el parque se esfuerza por sensibilizar tanto a los visitantes como a la comunidad local sobre la importancia de proteger este invaluable patrimonio natural, transformando la conservación en una responsabilidad compartida.
Fuente: Junta de Andalucía.

Cayetano Andaluz
Cayetano Andaluz
Periodista y redactor de noticias de actualidad sobre Andalucía y sus provincias. También información en general.

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