La segunda ciudad más grande del Reino Unido enfrenta una crisis debido a una huelga indefinida de trabajadores de limpieza que se ha prolongado por cinco semanas. Las calles están llenas de basura acumulada, lo que ha generado preocupación entre los residentes y funcionarios locales por los problemas de salud y el impacto visual que provoca en la zona. Las negociaciones entre el sindicato de trabajadores y las autoridades municipales no han logrado avanzar, agravando la situación. La comunidad local se encuentra al límite, ya que no hay una solución en el horizonte y el panorama sigue deteriorándose cada día.
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