Hace casi un siglo surgieron las primeras «branded residences» gracias al Sherry-Netherland Hotel en Nueva York, que ofrecía a los propietarios de sus apartamentos los servicios y lujos de un hotel. Este concepto ha ganado fuerza en la última década, permitiendo a los residentes el acceso exclusivo a comodidades como restaurantes con estrellas Michelin, conserjería 24 horas y servicios de limpieza. Mandarin Oriental y Four Seasons son algunos de los gigantes que lideran este mercado, con proyectos de lujo en ciudades como Barcelona, Madrid y Miami. Según expertos, la demanda y la revalorización de estas propiedades, que pueden superar el 25% de su valor original, las convierten en inversiones altamente rentables para los «superricos». Cada vez más, estas residencias buscan ofrecer experiencias personalizadas y un sentido de comunidad, atrayendo a jóvenes y propietarios interesados en el bienestar y el diseño moderno.
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