Una tarde en Xàtiva, el cine se convirtió en una excusa para reflexionar sobre la vida y la influencia de teorías aprendidas en las aulas. Con un toque nostálgico, el escritor recuerda las clases con Enric Saperas, donde los zombis simbolizaban la deshumanización usada por potencias en conflictos bélicos. Este paralelismo se traslada a la actualidad, donde la derecha radical en España está deshumanizando a los migrantes, aplicando estrategias de exclusión social. En este contexto, el lenguaje se convierte en una herramienta de poder, definiendo enemigos con palabras calculadas. Se expone la necesidad de que la izquierda valenciana desarrolle un discurso fuerte sobre seguridad, enfrentando problemas estructurales y evitando que la deshumanización afecte diferentes colectivos, desde inmigrantes hasta activistas. La advertencia es clara: si la izquierda no actúa, podría perder relevancia y permitir que el radicalismo domine, dejando a la sociedad convertida en un grupo de zombis desprovistos de identidad.
Leer noticia completa en El Pais.