Las autoridades europeas han intensificado su vigilancia sobre el BBVA para asegurar que la entidad bancaria no reciba ayudas de estados terceros en su proceso de adquisición de una entidad catalana. Este escrutinio responde a las normativas que buscan mantener la competencia justa y evitar que intervenciones externas distorsionen el mercado financiero europeo. La supervisión también se alinea con las políticas de la Unión Europea para preservar la integridad del sector bancario mediante la aplicación estricta de sus regulaciones sobre ayudas estatales.
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