La Comisión Europea ha propuesto una reforma profunda del presupuesto plurianual de la Unión Europea para abordar nuevas prioridades y la devolución del fondo de recuperación post-COVID. Bruselas sugiere un marco financiero más ambicioso, abandonando el modelo tradicional en favor de un plan único por país que enfoque recursos en reformas e inversiones, además de condicionar los pagos a objetivos específicos. La propuesta enfrenta oposiciones, especialmente de países frugales como Alemania y Países Bajos, y plantea un aumento de recursos propios e impuestos europeos para sostener el plan. Se discute la posibilidad de incrementar las contribuciones de los Estados miembros si no se concretan nuevos impuestos, mientras se analiza la inclusión de aranceles como el CBAM y gravámenes a las tecnológicas, medidas que aún no han sido implementadas. Bruselas insiste en un presupuesto más flexible y adaptado a las necesidades emergentes, sugiriendo un Fondo Europeo de Competitividad, sin detallar montos específicos, en un contexto de creciente competencia global.
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