El 31 de julio, en medio de un clima de acoso a periodistas críticos en El Salvador, la Asamblea Legislativa aprobó cambios exprés a la Constitución que permiten la reelección indefinida del presidente Nayib Bukele, consolidando su modelo de poder. Las reformas también amplían el período presidencial a seis años y eliminan la segunda vuelta electoral, estableciendo que la presidencia se obtendrá por mayoría simple. La legisladora oficialista Ana Figueroa defendió que los salvadoreños deberían decidir sobre el apoyo a cualquier funcionario. La oposición criticó el proceso, calificándolo como un golpe a la democracia disfrazado de legalidad. Desde su primer mandato, Bukele había negado su intención de reelegirse, pero cambió su postura en 2021 tras una decisión de la Sala de lo Constitucional, controlada por su partido.
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