La entidad financiera ha decidido simplificar su estructura organizativa, lo que incluye un cambio significativo en su dirección. Las áreas afectadas por este relevo son las oficinas, la atención a particulares, la banca privada y el segmento de empresas. Este movimiento estratégico busca aumentar la eficiencia y mejorar la respuesta ante las demandas del mercado. La reorganización planeada subraya el compromiso de la institución con la modernización y la adaptación a un entorno financiero en constante evolución.
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