La dirección económica liderada por el partido republicano ha sido calificada de «errática», generando preocupaciones sobre su impacto adverso en los intereses de la quinta economía más grande del mundo. Expertos en la materia advierten que las decisiones recientes podrían tener consecuencias negativas significativas, debilitando sectores claves y comprometiendo el crecimiento sostenido que ha caracterizado a esta economía. La falta de una estrategia clara y coherente amenaza con desestabilizar el equilibrio financiero y empresarial, incrementando la incertidumbre en el panorama económico internacional.
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