Calor Extremo: El Retorno del Enemigo Silencioso que Amenaza la Vida en la Tierra

El 25 de julio de 2024, António Guterres, Secretario General de la ONU, alertó sobre la amenaza del calor extremo, prediciendo que se convertiría en un reto cotidiano para millones de personas. Un año después, esta advertencia se ha materializado con temperaturas récord que afectan a varios países, subrayando la necesidad urgente de establecer alertas tempranas y planes sanitarios.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informa que aproximadamente 100 millones de personas en Estados Unidos han recibido alertas de calor peligroso. En tanto, el norte de África y el Medio Oriente enfrentan cortes de electricidad y agua que ponen en riesgo la vida de miles. La tercera ola de calor del verano asola a las regiones mediterráneas y balcánicas, afectando seriamente la salud pública y desencadenando incendios forestales devastadores.

Turquía ha registrado un récord de temperatura, alcanzando los 50,5 °C en Silope. Chipre alcanzó 44,6 °C en julio. Este calor extremo ha provocado el cierre de atracciones turísticas en Grecia, Italia y España y ha forzado evacuaciones debido a incendios forestales. En Escandinavia, Finlandia vivió más de 15 días con temperaturas superiores a 30 °C, elevando el riesgo de incendios.

Junio de 2024 se coronó como el mes más caluroso registrado en Europa, con olas de calor exacerbadas por el calentamiento del Mediterráneo. La OMM advierte que el mundo no está preparado para este fenómeno, cada vez más frecuente e intenso debido al cambio climático.

Al cumplirse un año del llamado de la ONU, diversas agencias han lanzado nuevos recursos para mejorar la gestión del riesgo térmico. Estos esfuerzos buscan preparar eficazmente a los países para futuras olas de calor y coordinar respuestas a nivel local, nacional e internacional, con el fin de evitar muertes prevenibles.

Estudios recientes sugieren que los sistemas de alerta de salud por calor podrían salvar más de 98.000 vidas al año en 57 países. Sin embargo, muchos gobiernos aún carecen de planes de acción adecuados, poniendo en riesgo a poblaciones vulnerables y economías.

La OMM enfatiza la necesidad de cuidar a las poblaciones vulnerables, proteger a los trabajadores expuestos, fortalecer economías con datos científicos y limitar el calentamiento global a 1.5 °C mediante la transición energética.

Expertos en salud pública advierten que el calor extremo se ha convertido en una emergencia diaria, requiriendo una acción rápida y coherente. La coordinadora de la Oficina Conjunta de Clima y Salud de la OMS y la OMM subraya que el calor mata en silencio, a menudo sin ser debidamente registrado.

Enfrentando esta creciente crisis, es evidente que la voluntad política, las inversiones sostenidas y una colaboración más estrecha entre ciencia, salud pública y gobiernos son cruciales para mitigar la amenaza del calor extremo en el futuro.

Cayetano Andaluz
Cayetano Andaluz
Periodista y redactor de noticias de actualidad sobre Andalucía y sus provincias. También información en general.

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