Un estudio internacional liderado por Teresa Macarulla del Hospital Vall d’Hebron ha revelado que la terapia de campos eléctricos mejora la supervivencia y el control del dolor en pacientes con cáncer de páncreas localmente avanzado. Presentado en el Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Médica y publicado en el Journal of Clinical Oncology, el ensayo clínico fase 3 Panova-3 demuestra que agregar esta terapia al tratamiento con gemcitabina y nab-paclitaxel aumenta la supervivencia global y sin dolor, a diferencia de estudios previos. La terapia, administrada mediante dispositivos que envían corrientes eléctricas suaves, es no invasiva y enfoca su acción en las células cancerosas sin dañar notablemente las células sanas cercanas. A pesar de ser un tipo de cáncer con un pronóstico desfavorable, este avance ofrece esperanza para pacientes que enfrentan una enfermedad en gran medida inoperable.
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